y me pongo cursi como una hija de puta
Tengo la rara sensación de que por algún motivo siempre estuve ciega y no quise ver que mi corazón casi por inercia terminaba llegando, acercándose, acomodándose, instalándose en el mismo lugar (o en la misma persona en su defecto). Entonces se desencadenaba un drama emocional cuando el lugar en el que yo me quería acomodar me cerraba las puertas o las dejaba abiertas pero sin importarle que yo me quedara o me valla. Y no sé como llegamos a esto, pero te extraño, te extraño con todo el corazón
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