Se me esta haciendo difícil, difícil, complicado. No quiero pasar todo por alto como siempre, no quiero hacer de cuenta que ‘’acá no pasa nada’’. La razón para no estar triste es no pensar, no pensar, no pensar en eso. Seguir, pasar de largo, y no te des vuelta a mirar ni te empieces a cuestionar nada. Puede funcionar. Si, hasta un punto. Y estoy en ese punto en el que ya no sirve, en el que todo lo que no enfrente antes se me viene ahora a la cabeza. Y se junta todo, absolutamente todo. Hasta las cosas que ‘ya pasaron’. Si, hace un año de eso. Y como no podía ser de otra forma, me iba a afectar. Aunque me muera insistiendo que nunca te quise, así de corta: me afecta. Me toca, me duele, no lo tolero. No tolero nada, porque no quiero. Porque no tengo ganas; porque estoy en ese punto en el que ya ni siquiera tengo ganas de tener ganas, no tengo ganas de estar bien, de sacar una sonrisa y disimular, seria totalmente en vano. En el fondo se lo que quiero y no quiero querer. En el fondo se que si hoy me importa alguien es porque el me dio motivos para que lo haga. En el fondo se que si me importa es porque necesitaba que alguien me importara, necesitaba quererte y sentirme querida; lindo chamullo el tuyo, y horrible como terminan las cosas antes de empezar. En el fondo me doy cuenta que con hacerme la pelotuda lo único que conseguía era no superar aquellas cosas que ya parecían enterradas.
8/9/10
Acomodame en mi desorden.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario