4/9/09

Hoy y ayer. Ayer y hoy. Peor IMPOSIBLE. Siempre que huelo problemas me vuelco a lo mismo: Ataques de pánico. Suceptibilidad a todo lo que te puedas imaginar. Llanto fásil. Cigarrillos. Problemas respiratorios. Baja presión. Etcétera, etcétera, etcétera. Me encierro en cuatro paredes sin saber porque. Y pienso por lo bajo aunque sin conseguir respuesta alguna. No puedo, no quiero. Me siento como si estuviera ahogandome en una pileta de aguas totalmente heladas, me siento como si quisiera alcanzar la superficie y respirar, y no puedo. Es la sensación de ahogarte, del pánico, del miedo de no salir. Miedo a no volver. Desconfianza hasta de uno mismo. Y tristeza de que nadie haya venido por vos. Y lloras, y lloras, pero bajo el agua... ¿Quien te va a escuchar? Y es inútil porque te das cuenta que hagas lo que hagas la situción no va a cambiar; por algo estas donde estas. Tal vez lo tengas merecido, tal vez no. Pero nadie dijo que eso era justo, simplemente te toco, te toco a vos. Y antes de morir ante la sensación de ''no poder respirar'' pensas ¿Qué habré hecho mal? Y lo veas o no, siempre hay algo. Alguna falla. Grande o pequeña. Una falla lo puede cambiar todo, desde el más minimo detalle hasta el error más imperdonable. Y cerras los ojos, evitando pensar, porque llega un punto donde ya no hay nada más para dar. Y no recuerdo bien el momento, un bajo de presión termino en desmayo. Y no salí a la superficie. Lloré y grité. Y ví una mano asomarse del otro lado del agua, intentando sostenerme. Pero yo sabía que esa mano no era lo suficientemente fuerte como para no caerse conmigo. Y no quería que nadie lo haga. Si voy a hundirme lo haré sola. Nadie merece hacerce cargo de lo que me pasa, de los recuerdos que me invadan. Y aunque debía ser fuerte, sabía que sola no podía. Y sin miedo a arriesgar tome esa mano, y me sujete fuerte. Y respiré. Y bla, bla, bla. MI historia todavía no llego a ese capitulo del final feliz; mi historia tiene inconclusa esa parte en la que llega una mano salvadora. En mi historia se ve que fuera del agua se asoma un brazo para ayudarme, pero cuando lo voy a sujetar ya no está. No hay gente, ni luces, ni cigarros, ni brazos salvadores, ni heroes, ni hadas, ni final feliz. Y todo queda en nada. Esa es mi historia. Y este es el problema al que le busco solución. Ahora va a llegar mamá y otra vez, una nueva discución. Y como si fuera una canción de electronica repetitiva, las cosas se repiten: ataques de pánico, miedo, problemas para respirar, llanto fásil, la sensación de ahogarme, y los cigarrillos que me faltan fumar. Y la historia se repite una vez más. Oh Dios, que cansada estoy.

No hay comentarios:

Publicar un comentario